Exámenes prequirúrgicos.
Chequeo geriátrico.
Patologías que puedan causar problemas cardiacos secundarios (insuficiencias renales, obstrucciones urinarias, síndrome de Cushing, linfomas…).
Enfermedad periodontal.
Enfermedades purulentas (piómetra, piodermatitis).
Choque, coma, estupor, desmayos y convulsiones.
Trauma torácico.